Here's a puzzle for you

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Chale

La primera vez que lo vi, se me hizo que era un nino, algun jovencito haciendo de paje en el palacio del rey. No fue hasta que estaba a dos pasos de mi que me di cuenta que era un hombre, pero un hombre con la estatura de un chiquillo de siete anos. Tan cerca vi que tenia toda la forma de un hombre en plena flor; ese cuerpo no era el cuerpo de una criatura.

Era un menino. No El Menino, el que entro a la Tierra Negra, y lucho contra El Oscuro hasta derrotarlo, pero su criado, el que fue paso a paso a su lado. A pesar de lo que los nortenos nos habian contado, yo no me habia quedado convencido ni de que existian, ni pensar de encontrarme con uno. Pero aqui venia, sus pies calzados solo en pelo dorado y espeso, como nos habian contado. Un heroe de una gente desconocida, valor en abundancia corria por las venas de este, y humildad, y fealdad tambien.

Pero todo eso lo discrubi luego, y en ese momento lo que mas me cojio la atencion fueron sus ojos. Eran castanos, como los ojos de mi gente, calidos y curiosos, los primeros ojos castanos que habia visto desde que entramos en este pais tan extrano. Lo que senti en ese momento fue como una brisa desde el sur, que trae el olor de los olivos. Y su nombre era Sham, el mismo nombre del sol.