Chale


Aqui sigue lo que nos habian contado sobre los meninos.

Vienen de un pais mas alla de las montanas que se le llama Eriador, aunque los meninos le dicen Shaya. A la vez picaros y valorosos, ambrientos y feroz, parecen una gente salido de un cuento de adas. Solo tienen la altura de un nino, pero la fuerza de seis hombres, y un hambre que lo iguala. Los dos principes son conocidos con carino en la Ciudad del Rey, pero para El Menino y su criado tienen la gente mas reverencia que amistad. Los meninos se dan tanto a las lagrimas que a las carcajadas, y adoran a sus antepasados como dioses. De todo esto (y mas tambien) no sabiamos que creer, y decir la verdad, era uno de los temas que mas me interesaba investigar.

Una cuestion por lo menos no quedaba en duda: la reverencia de estos hombres para los meninos. Ese dia vi por primera vez como los mismos guardias del palacio se inclinaron antes de Sham. El mismo aguanta este tratamiento con paciencia, pero es evidente que le estorba. Al empezar, Sham me sorprendio con sus protestos de no merecer honores, pero rapidamente me di cuenta de que Sham no es criado solo por herencia. Lo es desde su alma, vive solo para servir al Menino, y le da verguenza cuando lo piropean. "Mi amo es un heroe," el insiste. "Yo soy jardinero."